Al Corazón de una Madre: Mis Coronas
Actualmente estoy viviendo la mejor etapa de mi vida. Dinero, no tengo. Cosas, muy pocas. Sin embargo, el amor y las bendiciones sobreabundan.
Cuanta
verdad hay en Proverbios 17:6 “Corona de los ancianos son los
hijos de los hijos, y la honra de los hijos son sus padres.” Los nietos son una bendición extra
especial que viene de Dios.
Tengo el privilegio de tener cerca de dos de mis
nietos. Tengo el regalo de verlos todos los días, pasar tiempo con ellos y de
orar con ellos cada noche. Mis otros dos nietos viven más lejos y no tengo la
oportunidad de verlos tan frecuentemente pero cuando nos vemos aprovechamos el
tiempo al máximo. Y cada día oro por ellos también.
Junto con la enorme bendición de tener nietos,
también viene una gran responsabilidad. El rol de un abuelo no es solamente de
chinear a los nietos, aun cuando es muy fácil hacerlo. Nuestro rol como abuelos
es compartir el amor de Dios con ellos. Es una bendición poder compartir el
evangelio con la siguiente generación. El mayor legado que puedes dejarle a tus
hijos y nietos es el legado de esperanza y fe en Cristo Jesús. Las únicas cosas
que son para siempre son las cosas eternas.
Todos somos misioneros y nuestro primer ministerio
son nuestros hijos y nietos. Hay muchas influencias en el mundo, algunas buenas
otras no tanto. Es nuestra responsabilidad como padres y abuelos el
mostrar a Cristo a la siguiente generación. Sea bueno o malo, lo que
hagamos en
moderación, nuestros hijos lo harán en exceso.
Aunque quisiéramos no podemos hacer la elección de recibir a Cristo por
nuestros hijos o nietos ya que esa es una decisión personal. Sin embargo,
podemos plantar la semilla, dejar que ellos vean a Jesús en nuestros corazones
y nuestras vidas. Oremos por ellos y dejemos que el Espíritu Santo haga el
trabajo de germinar esa semilla que plantamos y crezca en un viñedo, de la
misma manera en que el Señor crece en sus corazones y sus vidas.
Si tú eres un abuelo que tiene la oportunidad de
compartir tiempo con sus nietos, Me gustaría animarte a hablar con ellos,
caminar con ellos, leerles, orar con ellos. Comparte el amor de Cristo con
ellos. Enséñales las maravillas de la creación de Dios. Lee la Biblia con
ellos, Mateo 18:10-14 es uno de mis versículos favoritos de compartir con mis
nietos. En el versículo 10 Jesús dice: “Mirad que no menospreciéis a uno de
estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el
rostro de mi Padre que está en los cielos.” Meditemos en cuan
especial son los niños para Dios, que cada uno tiene un ángel que los ve. No
solamente eso, sino que ese ángel tiene acceso directo y constante con Dios. Si
los niños son tan importantes para Dios, nuestro cuidado por ellos debe tener
la misma importancia. Compartamos su amor con ellos y enseñémosles de Jesús.
Los abuelos pueden tener un rol muy especial y muy
importante en la vida de los niños. ¿Has notado cómo caminamos más despacio
conforme vamos envejeciendo en comparación con nuestros nietos? ¿Has notado que
tenemos más tiempo conforme vamos envejeciendo? Tiempo para contestar un millón
de preguntas, tiempo para detenernos a observar pequeñas maravillas, tiempo
para compartir del evangelio con oídos jóvenes, tiempo para orar.
Cuando Dios nos concede el hermoso regalo de los
nietos. Él también nos da la responsabilidad de presentarles el
evangelio. Los niños ven más lo que hacemos que oyen lo que
decimos.
Ora por tus nietos, ora por tus futuros nietos, ora
por los hijos de tus nietos. En Santiago 5:16 nos dice: “La oración
eficaz del justo puede mucho.” Tal vez no vivamos para ver la respuesta de
Dios, pero él es fiel en contestar nuestras oraciones.
Como abuelo, frecuentemente pienso en lo que les
estoy dejando a mis hijos y nietos. Lo que quiero dejarles es un legado de amor
y esperanza en Jesús nuestro salvador y Señor. Mi tía tiene un dicho que me
gusta muchísimo: “Mejor que los regalos de reyes son las memorias de cosas
felices.”
Mateo 6:19-21 nos enseña: “No os hagáis tesoros
en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín
corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
Con amor, Una Abuela que esta Aprendiendo Apreciar las Coronas que Dios le dio
Janet Barrick
Comentarios
Publicar un comentario