Una fe inquebrantable

 

Una fe inquebrantable

 

Cómo madres a veces tenemos que tomar decisiones que muchas veces nuestra fe esta aprueba y Dios va moldeando nuestro corazón, hoy vamos a conocer el testimonio de una mamita que no ha cesado de orar por su hijo.

“Cuando tenía 18 años me diagnosticaron con endometriosis en ese momento no conocía a Dios, pero siempre había querido ser mamá y este diagnóstico me lo iba a impedir ya que los Drs me recomendaron hacerme una histerectomía y mi anhelo se estaba cayendo.

Tomé la decisión de no hacerme la histerectomía y logré embarazarme, luego tuve 2 perdidas y mi corazón estaba destrozado, cuando Dios me da la oportunidad de tener a mi tercer bebé, logré conocer a Jesús cómo mi Señor y Salvador.

Fue ahí dónde mi fe empezó a ponerse a prueba dónde sentí paz y me aferré a mi tercer bebé, aunque era de alto riesgo y debí permanecer en reposo, me agarré a Dios, este embarazo lo viví sola ya que mi esposo tenía temor de volver a vivir la perdida de un hijo, así que solamente era Dios y yo luchando cada día para llevar un día a la vez este embarazo

Tenía muchos sangrados y los drs estaban esperando hacerme un legrado, pero ahí es dónde la fe se pule en las pruebas y dónde Su voluntad es perfecta, mi bebé nace y no lloraba, y era mi bebé milagro, Dios me lo dio y estaba feliz.

Los años transcurrieron y trate de llevar una maternidad dónde educaba a mis hijos (Dios me dio la oportunidad una vez más de tener otro hijo), llevaba la casa y un negocio familiar, pero de pronto otra prueba más vino a mi vida, mi hijo mayor el milagro que -Dios me había dado empieza a desaparecer de la casa y comenzó una adicción con el alcohol, apenas estaba en la adolescencia y veía cómo no estaba caminando bien y se estaba aparatando.

Cuando algo llega al corazón de una madre debemos poner atención es el Espíritu Santo que nos está advirtiendo y guiando y sabía cómo mi hijo se estaba perdiendo.

Tenía solo 15 años cuando le buscamos ayuda profesional, vi como los médicos no le daban la importancia necesaria y fue ahí cuando entró mi hijo en una depresión y es ahí que mi trabajo como mamá es orar y estar pendiente de él.

Mi hijo ha estado en camino largo con sus adicciones y como madre debo enseñarle el amor incondicional  de  Dios reflejado en el amor de una madre es lo que nos refleja Dios en el mundo Juan 3;16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” Y eso trataba de mostrárselo a él.

Tuve días, semanas y meses dónde mi fe estaba super fuerte pero también flaqueaba, se vino un golpe duro más a mi vida fue cuando mi matrimonio se acabó y fue un golpe duro más para mi hijo.

Llegué a perder mi negocio y mi casa, pero fue el 2020 cuando llegó a mi vida el Ministerio de Madres Unidas para Orar fue ahí donde conocí orar con los 4 pasos, pero uno que me impacto fue el de conocer y adorar a Dios con sus atributos, eso fue un bálsamo a mi alma.

Y fue ahí cuando Dios me estaba mostrando a depender más de él y buscarlo más, pero un día llegó otra prueba más, yo ese día me sentía algo rara y le pedí a mi amiga de oración que me ayudará a orar, fui al baño de mi casa y empecé a clamar por la vida de mi hijo, era una batalla espiritual y estaba en el baño doblando rodillas e intercediendo por mi hijo y sabia que mi amiga también lo hacía, mi hijo había desaparecido otra vez y esta vez mi Dios me puso a orar y clamar por su vida.

Ese día mi hijo pensaba en quitarse la vida y Dios me puso a orar e interceder por él, los atributos de Dios me enseñaron a depender más de él y de conocerlo realmente, mi amiga de oración orando también por mi y mi hijo me hizo sentirme acompañada.

Mi hijo aún no conoce al Señor, pero es mi decisión de todos los días orar y clamar por él y gracias a Dios por este Ministerio dónde nos podemos unir a orar y clamar por nuestros hijos.

No cesen de orar y clamar, ese es el legado más importante que tenemos y podemos transmitir a nuestros hijos”

Con amor una mamá que aprende a tener fe en las pruebas más duras